Decidimos acabar con aquella situación, que de otra manera hubiera acabado posiblemente en divorcio, contratando a alguien. Nos suponía un pequeño esfuerzo económico y sobre todo una gran desconfianza, ya que no conocíamos a nadie "con referencias" para meter en casa.
Finalmente llamamos a uno de esos teléfonos de las farolas y contratamos a la polaca hija y posteriormente a la señora Jodoroski.
Nuestras discusiones (por ese asunto), acabaron. De repente volvimos a tener fines de semana libres, para dedicarnos a nuestras cosas.
Desde entonces implantamos la norma:
- Prohibido discutir por las tareas domésticas.
- No discutir por cosas que no tienen solución.
- No discutir por cosas que tienen solución.
- No discutir por cosas que el dinero soluciona.
- No discutir por culpa de terceras personas.
- No buscar culpables, buscar soluciones.
Si la gente se aplicara esas normas, discutiría menos.
Y el otro día me entero que en España hay un divorcio cada cinco minutos y que el consejo para evitar llegar a esa situación es "vivir como divorciados": Tener un tiempo para cada uno, salir con los propios amigos, en definitiva: tener vida propia, que muchas veces cancelamos cuando nos metemos en la burbuja de "la pareja" o "la familia" y el YO pasa a ser NOSOTROS...
Vaya.. hoy me he levantado filosófica. Me voy a hacerme el pasaporte.