La guerra a las hormigas

Abrimos los ojos y teníamos la tienda sitiada por las hormigas. Las cabronas habían entrado por el pequeño agujero que queda entre las cremalleras que abren la puerta de la tienda de campaña.


Era algo muy raro, porque lo único comestible que había en la tienda éramos nosotros mismos. Luego descubrimos que efectivamente estaban empleando la tienda como zona de paso para llegar al otro lado, ya que les habíamos jodido su camino habitual, colocando la tienda encima. Claro y de paso investigaban a ver si había algo que llevarse a las mandíbulas.

Opté por ponerles una cerradura blindada, en forma de esparadrapo que unía ambas cremalleras, aunque las cabronas eran tan pequeñas que casi pasaban por los respiraderos de la tienda...hay que joderse.

Fuímos a la playita e hicimos la lista de las cosas que teníamos que comprar para "sobrevivir" en el campamento y pasar unos días entretenidos: Neoprenos para bañarnos en las gélidas aguas del atlántico, Tablas de surf, Raquetas de playa, Nevera, Sillitas, cometa, matahormigas y aceite de oliva. Luego me bañé.

En el centro comercial, lo primero que hicimos fue ir a comer. Esta vez no fué pollo sino lulas (calamares) y bacalao con nata, que es un plato típico de Portugal.



Nos entró el conocimiento y no compramos todas esas chorradas, ya que no sé cómo íbamos a llevarlas en la moto, con lo cargados que ya íbamos!! Acabamos comprando una neverita plegable, Media tienda de campaña, una botella de baileys que regalaba dos vasos muy chulos, fruta y hielo.

A la vuelta paramos en Estoril, donde está el circuito y le echamos unas foticos:



Luego volvimos a nuestra choza, nos montamos en la playa privada que teníamos al lado nuestra nueva media tienda de campaña y cenamos allí mismo.



Lo de mi (elegante) pata para arriba es porque venía corriendo de activar el temporizador de la cámara y me tiré de culo.