Vaquillas 2006: La crónica

Jueves día 6:

Llegamos cansadicos a Teruel y fuimos a casa de mi hermana a arreglarle el ordenador. Nada grave, unos cuantos dialers que llamaban a latinoamérica y varios programitas instalados de esos que hacen saltar popups de guarrillas cada dos por tres.

Cenamos langostinos y navajas regadas con Lambrusco. Como llegábamos tarde a la cita con los colegas, nos llevamos la última botella puesta. Antes del concierto nos tomamos una copica en uno de los bares de la fuenfresca y nos fuímos para allá.

Melendi canta muy bien en directo, pensaba que estaría más "colgao", pero estaba bastante "sereno". Nos habían dicho que llegaba a algunos conciertos tan colgao que cantaba dos canciones y se piraba, o llegaba esposao por la policía y luego se lo llevaban. Deben ser todo rumores, que me da la impresión a él le gusta alimentar.

Después del concierto nos quedamos "un rato" en la discomóvil y luego nos fuímos a casa de "los angelitos" a tomar un café. Allí me estuve peleando con Luis y Rufo (dos bulldogcitos), hasta que Luis me pegó un morrazo en el labio que me hizo sangre.

Salimos de allí a las 4 y media de la mañana. Nos quedaba un largo camino a casa que decidimos acortar por el "atajo": Campo a través, cruzar el asilo, saltar la valla de fuera y pegarse un culazo con el canto de los ladrillos, cruzar la carretera, subir las colinas y saltar la zanja de la obra. En la zanja fue cuando calculé mal la distancia y me caí en el foso. Con la risa me costó salir del agujero, pero lo conseguí.

Al día siguiente, mi dolor de cabeza, mi labio partido, mis vaqueros embarraos y mis agujetas delataban la fascinante experiencia.

Viernes día 7

Me levanté un poco resacosa y con dolores musculares, supongo que debido al gingarrafónic y la ginkana del día anterior. Ello nos llevó a cambiar la estrategia y dedicarnos a beber cocacolas, llevando eso sí el ron en una bota de vino para que no nos dieran (otra vez) gato por liebre. Ibamos a la barra a pedir 3 cocacolas y una fanta limón, como si fuéramos "jóvenes".

Antes habíamos ido a comprar las botas de vino a un chino, y ya me ves tratándole de explicar al chino lo que quería. Primero me dijo que no vendía alcohol y a continuación me llevó a las cantimploras... Finalmente nos fuímos a uno de los puestos made in spain del mercadillo, donde acabamos comprando unas botas muy apañadas por seis euros y unas botellicas de Barceló.

Salimos de casa tarde, a las 10 o así, para ir a ver los fuegos artificiales. Quedamos con los de los peces para conocer a Alejandro, es chiquitín-chiquitín, pesa 2 kilos ochocientos gramos. Una cucada de bebé. Creo que es el más pequeño que he visto nunca, acostumbrada como estoy a mis sobrinitos de cuatro kilos.

Luego fuímos a la "Peña el Puchero", a tomar mistela y a la "Peña los Chachos" a ver a los pitufos, Juan el pelos y sus mariachis. En cuanto se nos acabó la bota de Barceló, nos fuímos a casica, aún cansados del día anterior.

Sábado 8 de Julio
El sábado es el "día grande" de las fiestas. Me levanté bastante tarde, a las doce o así y desayuné "fuerte", ya que a las 15 habíamos quedado en la fuente Torán. A la una, empezó a caer agua, granizo, rayos, truenos y centellas. El costillo se fue a buscar a "los angelitos" y nos uniformamos con la camiseta especial "edupeces" color naranja butano, para variar un poco.

Salimos de casa corriendo bajo la lluvia, con las botas de barceló, las camisetas naranjas y los paraguas del chino. Ibamos con prisa porque edupeces tenía que soltar unas pelotas gitantes en la plaza del torico. La plaza estaba llena de gente y en cuanto soltamos las pelotas, nos metimos en medio de la gente. Había dejado de llover y había salido un sol espléndido, que ya dejaba subir los vapores del alcohol derramado por el suelo. En cuanto te descuidas hay alguien ofreciéndote beber cualquier cosa, estés o no atento, ahí tienes el chorretón de bebida apuntando a tu cara.

La peña que tenía que poner el pañuelo, tardó bastante en llegar. Estuvieron los gachos encaramados en el pedestal del Torico muchísimo rato, esperando a que llegara el del pañuelo.

Finalmente llegó y aunque le costó encaramarse, acabó poniéndole el pañuelico y consiguió que toda la gente de la plaza saltara y cantara enloquecidamente. Eso es para vivirlo, porque por mucho que lo cuente, hasta que no se vive, no se sabe lo que es (vamos, como el gran hermano..)

De allí nos fuímos a dar una vuelta por las diferentes peñas, uniéndonos a varias charangas y parándonos a hablar con toda la gente que llevaba una camiseta color butano, por simpatía. Sobre todo el costillo que estaba en un momento de exaltación de la amistad con todos los extraños que veía que nos llevó por la calle de la amargura al resto...

Lo malo es que nos reconocían cuando volvíamos a encontrarnos y otra vez nos quedábamos media hora más...

Conseguí convencerlo de que nos fuéramos pronto a casa (a la una o así), porque el domingo había que volver a los madriles y no era cuestión de conducir demasiado cansado.

Domingo día 9 de Julio
El domingo nos levantamos bastante tarde, comimos y volvimos a echarnos una siestecica. (nos hacemos mayores!!)

A las tres cogíamos carretera y manta en dirección a Madrid, y llegábamos a casa a la hora de la merienda en la plaza de toros de Teruel, donde se juntan casi todas las peñas (Hay tantas que ya no caben todas). Pero no hubo problema en echar de menos la fiesta porque mi suegra nos dió unos "regañaos" que es una típica comida aragonesa consistente en jamón o sardinas sobre unas hogazas de pan, con la pinta de la foto.

Y hoy, después de un durísimo lunes, aquí estoy de vuelta, tras echarme una siesta como una campeona y pensar en dedicarme a la contemplación de las almas el resto de la tarde mientras mis coleguitas turolenses siguen finiquitando "las vaquillas" hasta el año que viene.

PS: La canción (absurda) de estas fiestas, que cantaba todo dios:
"Alcohol, Alcohol..
Alcohol, Alcohol, Alcohol..
Hemos venido a emborracharnos...
el resultado nos da iguaaal.."

¿De dónde sale?