25 abril 2006

Motosemana Santa 2006

Estas vacaciones de semana santa- narradas con retraso por avatares de la vida- han sido unas de las mejores que recuerdo, posiblemente porque lo habitual es la visita familiar y el ver cómo se desollan los nudillos contra los tambores en las procesiones de Teruel, pero por esta vez el moto-turismo-aventura ha resultado una opción interesante y divertida, mejor de lo que esperábamos.


El plan era ir a una concentración de motos organizada en el camping Anzánigo, en la localidad del mismo nombre, situada en un precioso entorno de valles, montañas, ríos y bosques.

La primera parte de la ruta la hicimos el miércoles, de Madrid a Teruel en moto (300 kms). Un viaje tranquilo y cómodo, donde el tiempo nos fue bastante favorable.

El jueves santo, quedamos a las 10 de la mañana con el carpintero y la Mari. Ellos llevan una moto de carretera, que no está preparada para llevar mucho equipaje, a pesar de las alforjas-hand-made y la bolsa de depósito, los sacos de dormir y los trajes de agua, no cabían en su moto así que las tuvimos que colocar encima de las maletas de nuestra paca.
La mala suerte quiso que el saco gigantesco que llevábamos encima de una de las maletas, se empezara a desenrollar y casi nos convirtiéramos en batman-motorizado en plena autovía. Tuvimos que hacernos a un lado y parar en una cafetería para agarrarlo bien.
Aprovechamos para darle uso a los cachivaches electrónicos que llevábamos, así que la Mari y yo misma nos colocamos los kit manos-libres de los walkie-talkies en la oreja con el fin de irnos comunicando entre moto y moto. El sonido era perfectamente claro, podía oír sin ninguna duda cómo la Mari me decía "grfxwinbadosjnasd asdasfdhiausd ajsdhasiudhaius", y ella, cómo yo le contestaba:"hdasdasdsadh iuoiadsadda jhsdakjhds". Así que tras este gran intercambio de información, decidimos dejar de "comunicarnos" y quitarnos los walkies en la siguiente parada.

Cuando llevas casco y un auricular en la oreja, si el casco es de la talla de tu cabeza, al quitártelo y restregar el inaccesible auricular con la dormida y enrojecida oreja, es como si trataras de arrancártela de cuajo, es decir, una sensación muy agradable (para los amantes del sado-maso)..

Una vez en Zaragoza preguntamos por la salida de Huesca a dos chicos que nos acompañaron en sus motillos de 49cc a , se pegaron unos acelerones para vacilarnos y pensé que luego seguro que lo pondrían en sus blogs, porque tenían cara de tener uno. (jajaja)

Comimos en un restaurante de carretera, la carne cojonuda, pero nos metieron un sablazo en los postres (yogur y flan, a 3.25€ cada uno), protestamos y nos devolvieron dos euros, porque decían que "debía ser un error", que por el yogur no cobraban 3.25…en fin.. a ver si cuela...

A las 17:30, llegamos a nuestro destino, logrando hacer un record de velocidad: 300 kms en 7 horas. Entre las paradas técnicas a recoger bártulos que cuelgan, desconectar aparaticos y echar gasofa se nos hicieron las mil.

El paisaje de la zona es precioso, sobre todo me impactó la cantidad de agua que había. Supuse que este año no habrá demasiada sequía. Una chulada.

En el camping tomamos posesión de nuestra cabaña. Las cabañas están bastante bien apañaditas, tienen una cama de matrimonio y dos individuales, así que nos tuvimos que jugar a los dados la cama grande mientras nos tomábamos unas cañas. (la ganamos nosotros…Yuupiii)
Todas las cabañas y habitaciones del camping tienen nombre de circuito de velocidad. El llavero de la cabaña también era muy original: una cadena de moto.
Cenamos en el comedor, ya que teníamos pagada media pensión de los tres días, la comida la sirven en una bandeja de esas de compartimentos, tipo rancho, es bastante buena. No puedo decir lo mismo del vino, que no me gustó nada de nada.

Nos tomamos en el bareto una copa y nos fuímos a dormir el cansancio del viaje.

El Viernes Santo, nos levantamos y fuimos a desayunar huevos fritos con longaniza y café con leche y magdalenas, entraban estupendamente y dejaban las pilas cargadas hasta la hora de comer. Así que fuimos a la cabaña a equiparnos con el firme propósito de ir a hacer rafting, escalada, puenting, senderismo, arboling o lo que hiciera falta… Fuímos a ver los horarios y los precios, pero no nos convencieron, así que pasamos del tema, cogimos las motos y nos fuimos a hacer kilómetros. Pasamos por San Juan de la Peña, pero como no somos de ver monumentos, lo vimos sin bajar de las motos.
En Riglos sí que paramos a ver los Mallos, que son impresionantes. Siempre hay gente haciendo escalada por allí, y desde abajo los ves muy canijos, porque los Mallos miden unos 300 y pico metros.
Luego seguimos hasta Jaca, donde hacía un día buenísimo y un sol espléndido. Dimos un paseo por la ciudad y fuimos a comer a un restaurante muy majo, a 12 euros el menú. Luego nos echamos una siestecilla en el césped de la ciudadela, vimos los ciervos y volvimos a agarrar "las pacas".
Los carteles indicaban que Francia estaba a tiro de piedra, así que decidimos ir a ver que se cocía en gabachilandia, pasamos cerca de Canfranc y casi nos quedamos congelaos en los 8 kms del tunel-Nevera de Somport.
Los pueblines que encontramos en Francia, eran muy pequeños y bastante cutres, como se puede ver en esta foto de un pueblo llamado Bescat:
Nuestro objetivo era comprar queso, pero finalmente nos compramos una tableta de chocolate con avellanas, que achicamos en el momento.
A la vuelta, ya en el lado español, paramos en un supermercado y nos compramos unas botellitas y hielo para tomarnos unas copas en el camping. Cenamos migas con chorizo y filete empanao, todo buenísimo. Esta vez tomé agua, para no picar con el vino que por la pinta volvía a ser de la misma cosecha.

El carpintero estaba con ganas de marchuki, pero el resto estábamos cansadísimos del viaje y las carreteruchas del paseo. Ellos se tomaron una copilla, pero yo me metí en mi camica.

Conectaron el "equipo de sonido": un MP3 portátil y unos altavoces integrados en una funda de CDs y estuvimos haciendo un rato el tonto en la cabaña hasta que nos quedamos friticos. El hielo lo escondimos fuera, debajo de la cabaña, donde se mantuvo perfecto hasta el día siguiente.
El Sábado nos fuimos a Pamplona, durante todo el trayecto nos acompañó la lluvia, así que tuvimos que parar a que estos se pusieran los trajes de agua, ya que los monos de cuero no son demasiado impermeables que digamos… Parecían los teletubbies recién llegados del espacio:
Por el camino disfrutamos del pantano de Yesa, totalmente lleno de agua y precioso, sigo sospechando que este año podré hinchar las piscina:
Ya en Pamplona dejó de llover y encontramos un sitio donde comimos estupendamente por 10 euros, la verdad es que había unos sitios majísimos para echarse unas cañas...
Luego corrimos la calle estafeta, típica de los San Fermines, hasta la plaza de toros.
Nos hicimos algunas fotos y vídeos haciendo el imbécil, incluso una foto frustrada, ya que justo cuando estábamos a punto de hacernos la foto, se cayó una mujer y el carpintero se levantó corriendo a recogerla. Nosotros ni nos enteramos.

Descubrí que la marca kukuxumuxu nació en Pamplona y me hice una foto en una tienda que además marcaba el tiempo que faltaba para los siguientes sanfermines.

Estuvimos tiendeando un poco, me gustan mucho los sitios de souvenirs por lo coloridos y llamativos que son.

Me compré algunas postalitas, ya que me gusta mucho esa marca y tras avituallarnos de pipas y gominolas nos volvimos al campamento base.
Esa noche cenamos jabalí guisado, estaba bastante bueno. Estábamos animadillos, así que volvimos a nuestra cabaña, nos conectamos la discomóvil de andar por casa y nos tomamos unas copas caseras.

Sacamos los walkie talkies y estuvimos haciendo el gilipollas por el camping. Mi costillo desapareció y lo encontré de cháchara con sus nuevos amigos moteros en el bar hablando de cosas de motos (para variar)...

El domingo había que volver a casa. Estos volvían a Teruel y nosotros a los madriles, que el lunes había que currelar. Paramos a comer en Calatayud, en un sitio donde hacen unos caracoles a la brasa con ajoaceite estupendos. La carne a la brasa es también cojonuda y a un precio bastante razonable. (Voy a dejar de hacerle publicidad, porque antes los caracoles valían 6 euros, y esta última vez nos costaron 10 eur, no sé si será por la temporada...como el marisco)

La vuelta a casa siempre parece más larga que la ida y nada más llegar, nos pegamos un baño relajante y nos metimos en la camica hasta la hora de cenar.

La compañía estupenda, el paisaje precioso y el viaje para volver a repetir, aunque eso de ir en moto siempre acaba cansando...

* Mapas sacados de la Guía Campsa.

13 comentarios:

Lucre dijo...

pues si, menudas vacas.. me alegra. algo distinto
un beso
pd: se sintio tu ausencia la semana pasada

Click dijo...

Joder, que pedasssssso de vacaciones, y yo haciendo el parias descansando en alicante.... jate tú

Click - que envidia

Anónimo dijo...

Chica que genial que os lo pasásteis!
Me alegro por vosotros y que fuese todo bien.

Anónimo dijo...

Ya te digo que fueron una buenas vacaciones! Anda que no os cundió, eh?

Y por cierto, anda que no pones las fotos pequeñitas! Aunque habrá que aprovechar a verlas bien antes de que hagas como ayer!!!! :D

vitalidad dijo...

Enhorabuena por tus vacaciones, preciosas, esa zona es una maravilla. Yo vi los mallos en la distancia desde Monegros en nochevieja. Tienes mucha gracia contando tus aventuras.

Anónimo dijo...

joer.. menudo reportaje.. lástima que salgas tan pequeña en las fotos.. quiero tenerte de salvapantalla!!

El Ratoncito Pérez dijo...

Vaya envidia que me ha dado...
Que ruta más interesante, habrá que aprovechar el puente de mayo.
;-)

Anónimo dijo...

creo que cuando estuve en Pamplona también me recorrí Estafeta hasta la plaza de toros.
¿A todo el mundo le da por hacer las mismas gilipolleces?
¿La gente viene a Zaragoza y se hace el recorrido de la ofrenda de flores?
¿si visitas los Mallos en abril, cambian de nombre?
¿Estaba abierto el bar de Anzánigo?
¿el vino, no sería de consagrar? dice una amiga que para un vino malo solo hay dos soluciones, carnaza o gaseosa, y a mi me sienta muy mal el gas...

PJ dijo...

Faltaba yo con mi morenaza petadora de metal...

Quita la ultima foto, que da grima joer!.

Estupenda, y detallada crónica.

criztina dijo...

que buena pinta, chica.... :-)
un reportaje estupendo jajajajajajajaja

Esa de las fotos eses tu???? no me lo creo...tu no estás tan buena ;-)

Anónimo dijo...

Joer Ceci, como os cundieron las vacaciones ¿eh? si es que no parais!!!

Anónimo dijo...

No te olvides,
en la casa de doña tere,
en la escalera,
en las 8.

chin dijo...

Desde que un amigo que paso un año por la india se empeñó en enseñarnos las 5000 diapositivas del viaje, he perdido mucho interés pero me lo hye leído todo ;)