Pingüinos 2006

La salida
El viernes por la tarde me fuí a comprar unos sacos de dormir calenticos, para no quedarme congelada el fin de semana. Afortunadamente los 100 euros que gasté fueron bien gastados y he vuelto vivita y coleando de la concentración de motos.
Dejamos la moto preparada el viernes por la noche, para madrugar el sábado: las 3 maletas, los sacos, las esterillas, la tienda, la linterna y el neceser. Nada de ropa ni mariconadas de esas.
El viaje
El sábado salimos antes de las 10, no era un viaje demasiado largo porque Boecillo está a unos 170 kilómetros de Madrid, así que prometía ser entretenido y relajado. Hacía algo de fresco, pero se llevaba bastante bien, forrados como íbamos de cordura, thinsulate, waterproof, 3M y la braga tricolor de forro polar y lana.

Los primeros 10 kilómetros fueron en solitario pero luego empezamos a encontrar motillos por el camino y ya nos íbamos animando.

Llegamos al iglú que había montado repsol unos 15 kms antes de llegar a Boecillo, allí nos tomamos un café y un caldico y nos suscribimos a la concentración. Nos regalaron una mochila con la inscripción y algunos regalicos curiosos.

La llegada
Llegamos al pinarón de Boecillo (un bosque), donde encontramos el típico atasco pingüinero, tardamos una media hora en recorrer los 500 metros que llevaban a la entrada.

Bajamos de la burra y llamé a Click para ver si le había echado huevos y se había venido con la tienda de campaña. Me dijo que no, que estaba en pleno atasco de entrada a pingüinos en un coche (la moto la tenía en un garage de Valladolid)... En fin....

Acampando
Nos costó un rato encontrar un sitio majo, liso y lejos de las hogueras donde plantar la tienda, al final lo conseguimos y nos fuímos a dar una vuelta y ver el ambiente. Quedé para conocer a Click, a quien solo conocía por sus comentarios en esta página y fué en respuesta a mi llamada "¿dónde paras y qué pinta tienes?" cuando me dijo que estaba entre los kioskos de kas y pepsi. Con lo sencillo que era haber dicho: "soy uno que lleva un gorro de pescador verde fosforito con florecitas rosas..". Nos vimos (él venía sólo, supongo que para no avergonzarse ante sus amigos de quedar con frikies blogueras ;-P..), nos saludamos (un poco fríamente me temo) y quedamos en vernos más tarde. Mi costillo me dijo: "ha salido corriendo en cuanto te ha visto". Lo cierto es que yo no estaba demasiado atractiva: El traje de la moto no deja adivinar ningún atributo femenino, más bien parezcía una morcillita, la cola de caballo dejaba ver unos granitos de la frente y tenía la cara blanca y las chapeticas en las mejillas del frío que hacía..."pa qué", pensé que el "luego nos vemos" era la despedida digna. (pero no...jeje)

Reconociendo el sitio
Había que comer, así que nos dimos un rule para ver las opciones: un cerdo dando vueltas sobre el fuego, morcillas, chorizos... Al final optamos por la opción pizza y dos botellitas de agua (vamos a portarnos bien...). Tras la comida pasamos a las caipirinhas y luego al litro gin-tonic. Entre tanto me fuí a cantar la jota del "no me jodas" a una de las carpas y me regalaron una camiseta. Fué en ese momento cuando recibí un SMS de Click invitándonos a unas caipirinhas. Llegamos al kiosko brasileño y estuvimos un rato hablando. El tema era complicado, ya que él estaba en clara ventaja: sabía mucho más de mí que yo de él y el costillo no sabía nada de él ni del mundo de los blogs, aunque en seguida y ayudados por el alcohol nos pusimos en sintonía.
Mientras estábamos en plena disertación internetera y del curro, aparecieron dos tíos con una botellita que parecía de agua y el tapón lleno a modo de chupito, invitándome a beber. Yo olí aquello y me pareció alcohol de desinfectar, así que les dije que yo bebía, pero después de ellos. Así lo hice y me bajó el orujo rascando por la garganta p'abajo. Tras este gesto de buen rollo, se quedaron allí mucho rato. El que tenía un forro polar rosa se enchochó conmigo y estaba todo el rato diciéndome cosas en portugués...Un éxito, vamos...
A cenar
Decidimos irnos con los click-colegas (el rubio, el cordobés y el guapito). Estuvimos un ratillo con ellos y nos fuímos a chuparnos la cola de recoger la cena (espero que "me-sentienda"). En la cola conocimos a unos chicos muy majos de Peñafiel, y nos fuímos a cenar con ellos a su hoguera. La cena era un cuenco de barro con patatas y carne, un vaso de vino clarete (creo) y un bollo de postre. Nuestros contertulios tenían unos 20 añitos o así y lo gordo es que se pensaban que éramos de su quinta...Quedamos en ir a verlos a Peñafiel.

De marchuki
Llamamos a los click-colegas y estaban con unas chicas muy majas cuyos nombres no recuerdo. Estuvimos achicando cachis y bailando musiqueta bastante rato. Luego ya empezamos a despelotarnos del calor que hacía (estábamos al lado de un cañón calorífico). Mi costillo y yo no llevábamos más ropa que unas mallicas ajustadas debajo del pantalón de la moto, así que nos fuímos a la tienda a dejar los pantalones y volvimos: él con mallica de licra granate marcando paquete y yo igual pero en verde y sin paquete. Volvimos con los colegas y seguimos bailando y haciendo el brutico. (Sólo rezo para que la cámara de los click-colegas se haya formateado....).

Con la malla verde y la camiseta remangada hasta el sujetador (todos), estuvimos cantando y bailando canciones de shakira y otros. Especialmente emocionante fue la canción del guay-em-si-ei (YMCA), que bailamos como si acabáramos de salir del armario en ese mismo instante.

Lagunas mentales
Desde ese momento tengo una falta de memoria importante, recuerdo haber hablado con mucha gente, meterle mano a click (claro, va por ahí provocando con la cintura al aire!! :-) y hacerme fotos con varios desconocidos.

Mi costillo y yo nos perdimos en varias ocasiones, lo cuál nos sirvió para intimar con más extraños. En una de estas excursiones, conocí a uno de Zaragoza que me propuso besarme en los labios, tras decirme que "mi marido era un tío de puta madre". Yo soy bastante clara en estos temas y le contesté: "Tienes toda la razón, pero yo esta noche follo seguro, con ese tío tan majo.. ¿para qué quiero un beso?". No recuerdo su respuesta, aunque sí recuerdo escuchar y decir abundantes burradas.

Finalmente volvimos a encontrar al click-clan y estuvimos bailoteando otro ratico, hasta que volvimos a perdernos y tras enchufarnos un bocata de morcilla cojonudo, nos fuímos a intentar dormir en medio del bosque, a 5 grados bajo cero y con la discomóvil bakala de fondo. Creo recordar que hubo sexo, pero no conozco los detalles, aunque es cierto que tengo unas agujetas bastante desconcertantes en las nalgas.

El domingo
Afortunadamente me desperté cansada y con apenas resaca, me fuí a buscar el desayuno pingüinero: huevos, bacon, café con leche, pan y bollos. Y después de desayunar, nos fuímos al sorteo de regalos y la entrega de trofeos.

Este año el pingüino de oro era Angel Nieto y el rey, aunque este último no fué a recoger el trofeo.

No me tocó la Honda Varadero 125 que sorteaban, así que recogimos el chiringuito (Es complicadísimo volver a meter las cosas de camping en sus envases correspondientes, tienen una extraña facultad para crecer durante su uso...) y nos largamos de allí, despacico y con buena letra.

Llegamos a casa, nos enchufamos una lata de fabada y nos metimos en la camita, casi hasta el día de hoy.

Resumiendo

Click y sus amigos me cayeron genial, me lo pasé de puta madre, lo de irse de desmadre motero es una experiencia para repetir más veces. Aunque eso sí, las moticos siempre aparcadas para no cogerlas encebollaos!! La próxima concentración, este verano en el Algarbe, en Portugal y en la playita. ¿Nos vemos?