Noche Vieja (a cascarla 2006)

El último día del año empezó con una invitación a paella con champán en casa de nuestros queridos coleguitas de parrandas, que extendimos con un café en el japonés de la esquina, que fue el único sitio donde nos servían.

Luego siestecita (algunos), mientras yo zanganeaba por la red buscando cómo maquillarme los ojos sin que parezca que me han dado dos ostias y encadenando una tras otra, llamadas de familiares y amigos mientras esperaba que llegaran las nueve. A las ocho de la tarde me quitaba una mascarilla de esas verdes de pepino que prometen nosequé milagro de belleza, sacaba todos los potingues picasiano-faciales y acababa poniéndome únicamente corrector antiojeras, un poco de pringue sobre las pestañas, algo de color en los morros y el pelo estilo despeinado, tal cual.

Me decidí por el vestido negro con tiras colgantes por los lados, para disimular un poco la incipiente tripita que los turrones me han dejado estas fiestas. Cometí el error de ponerme unas medias de esas con ligas, que me quedaban algo amorcilladas en el bajo culamen y con el culo a la fresca debido al tanga. Claro, cada vez que me agachaba o me inclinaba hacia delante, se me metía el vestido por el culo, marcando un estupendo "aparcabicis" atrás... qué pérdida de glamour... Entre las ventajas de esta indumentaria, destacaba la posibilidad - empíricamente demostrada- de poder mear de pie contra un árbol.

Tras tomarnos un cava con turroncillos con los colegas, nos piramos al garito. El menú, la mesa y el camarero fueron exactamente los mismos que el año pasado. Afortunadamente las uvas de este año no estaban podridas, aunque no pudimos ver al ramonchu en la tele y nos conformamos con escucharlo por el hilo musical... qué cutre...

Luego bailoteos, arrimes de cebolleta, tonterías varias, alguna copa y APAGON al canto. A las cinco de la mañana se fue la luz y nos dejó con media marcha en el cuerpo. Mucha gente se empezó a pirar ("simpas"?) y nosotros aguantamos un rato a dos velas (literalmente), sin luz y sin música. Nos fuímos y achicamos los 90 euritos de buen rollo por barba y nos fuimos pa casita de la Ce. Allí estuvimos un rato bailando música de los 60 u 80 (??) y finalmente nos largamos a casa.

"Finalmente" no sé exactamente la hora que era, pero digamos que no fue demasiado grave teniendo en cuenta que son las 3 de la tarde y me acabo de enchufar una fabadita que me ha dejado el cuerpo para una siestecita de pijama y orinal....

Así que, otra vez más, el último despilfarro consumista del año... Que me quiten lo bailao.

NOTA: Entre los mensajes de móviles más ocurrentes que recibí ayer, me hicieron gracia estos:

Soy Sadam te escribo para ver si me dejas apuntarte a tu fiesta de nochevieja, me han dejado colgao.

Hemos estado analizando la frecuencia de tus relaciones sexuales y hemos descubierto que son tan escasas que crees que Fornicar es una empresa de alquiler de coches.

Plegaria de año nuevo a San Cayetano: que nunca tenga en el culo lo que ahora tengo en la mano.

Su operador desea felicitarle estas fiestas de una manera especial: active el modo vibrador, métase el móvil por el culo y en breve recibirá una llamada.

Por si no lo he dicho ya: Feliz año y los que tengamos que currar mañana... a joderse.