El cartel del ciego

El cartel original de Jacques el ciego, con el que pedía limosna decía:

Pero pasó algún espabilado (o gamberro o sinverguenza) que añadió lo siguiente:

Yo, antes de saber la respuesta, sugerí: y no puedo ver la torre Eiffel (que valía para todas las épocas del año y era igual de romántico), porque lo otro me parece una putada para el pobre hombre cuando sea otoño o verano o invierno. En todo caso parece ser que le funcionó, por lo menos en el cuento porque en la realidad y en los tiempos que corren es posible que nadie se fiara de que fuera realmente ciego.

He llegado a trabajar muy temprano, justo a punto de fichar me he dado cuenta de que no llevaba la llave del cajón donde guardo el portátil. (aaaaargh!!) Pero como la estupidez no tiene límites, he recordado que el portátil me lo había llevado a casa el último día...He vuelto a casa a buscarlo y me he reseteado. Por supuesto aún no he encontrado las llaves del cajón donde guardo esas cosas tan útiles que no uso para nada.

Acabo de enchufarlo, he revisado todos los marrones correos y me he dado cuenta de que me espera un día muuuuuuuuy largo.

Ya llevo dos cafeses sin azucar ni sacarina.

PS: lo de los rollos estos marketinianos me ha recordado que para exportar los Simpson a los países de Oriente Medio, han tenido que cambiar algunas cosas: Homer ya no bebe cerveza (ni alcohol), con lo cual la taberna de Moe ha dejado de existir y supongo que Barny tampoco (?). Tampoco se hinchará a salchichas ni a panceta, así que es posible que recupere su esbelta figura. Pobre Homer!!, ha perdido toda su esencia. Sólo faltaría que le prohibieran comer rosquillas glaseadas.